¿Estas interesado en conocer las representaciones que, a lo largo de la historia, se han hecho de los insectos en las diferentes formas de arte: pintura, escultura, arquitectura, cine, publicidad, etc?. Aquí podrás ir viendo algunos ejemplos.

El Autor: Juan de Benito Dorrego

juandebenito@telefonica.net


martes, 19 de noviembre de 2013

ABEJAS IMPERIALES. El símbolo de la etapa Napoleónica

 
                     ABEJAS IMPERIALES                             

   El símbolo de la etapa Napoleónica

 
ANTECEDENTES

La abeja es el símbolo más antiguo de la realeza francesa que se conoce. Childerico I, rey de los francos y fundador de la dinastía merovingia, decoró su tumba con abejas.

Es el símbolo de la inmortalidad y la resurrección, del trabajo y hasta del matriarcado, pues todos giran en torno a la abeja reina.

En 1653, en tiempos de Luis XIV, se descubrió en Tournai (Bélgica) la tumba de Childerico I. 
Junto con los esqueletos de su caballo y de su paje, sus armas, y su ajuar funerario, se encontraron unas pequeñas abejas de oro con las alas adornadas con piedras rojas, que fueron enviados al rey para formar parte de la colección real.  

Todo ello se describe en la obra de Abbe Cochet ("La tumba 
de Childerico I°, rey de los francos", 1859), y sobre todo, en el inventario del anticuario médico Jacques Chiflet hecho in situ al día siguiente, el 28 de mayo 1653. En el da cuenta de que entre los objetos encontrados, aparece un anillo con sello real, que permitió identificar y autentificar inmediatamente la tumba. Dice Chiflet:  
“Esta tumba no es otra que la del rey Chidéric I°, rey de los francos (458-481), hijo del legendario Mérovée y padre de Clovis y lo demuestra el sello real aquí encontrado".

De las 300 abejas que contenía la tumba, en la actualidad,tras un robo ocurrido en 1831, solo se conservan dos.

Estas dos abejas son de oro con incrustaciones de granates y esmalte, trabajo característico del arte industrial merovingio.

En realidad se trata de dos piezas diferentes, y lo que no se sabe es, qué proporción de unas y otras existieron.

Una de las abejas tiene el cuerpo labrado con rayas cruzadas y los ojos con incrustaciones de cristal de granate. La otra es más simple, con el tórax liso y los ojos ausentes.

Ambos ejemplares sugieren que las abejas del primer tipo pudieron adornar el manto ceremonial de Childerico, mientras que el segundo tipo podrían haber estado colocadas en el arnés del caballo real.

Diversas excavaciones en otros lugares merovingios han sacado a la luz figuras en bronce plateado con dibujos, que se  consideran relacionadas con las abejas de Childerico
 
 
En Córcega hay una leyenda según la cual, en el momento del nacimiento del emperador Napoleón Iº, un enjambre de abejas se arremolinó alrededor de la ventana de la habitación. La reina entró y revoloteó un momento sobre el futuro emperador. Este acto, se entendió como una señal de predestinación de que el recién nacido dirigiría una nación. (De la Encyclopedie de la Langue Francaise).

Cuando se decidió el nombramiento de Napoleón como emperador, se constituyó una comisión para elegir el emblema imperial: una opción era el gallo, pero finalmente acabaron inclinándose por el águila unicéfala.

Napoleón por su parte, reclamó un símbolo personal; “algo con arraigo en el pasado” que no tuviera  ninguna relación con los reyes Borbones y que pudiera identificarlo con la monarquía francesa que reinó en Francia desde 987, y con la cultura greco-romana. Él en persona eligió la abeja.

En la sala del trono de las Tullerías, había abejas en la alfombra, en las tapicerías y en los muebles. 

Cuando fue deportado a la isla de Elba (región de la Toscana italiana), con el título de Emperador y soberano de la isla, diseñó una bandera con una diagonal roja sobre fondo de plata, agregándole tres abejas doradas. 

El  día de la investidura como Emperador, Napoleón vestía sobre sus hombros una capa púrpura revestida con armiño ruso y abejas de oro.

Los objetos de uso personal estaban igualmente adornados o decorados con abejas.

 
NAPOLEÓN EMPERADOR

Era el año de 1799. El 18 Brumario (según la nomenclatura republicana del calendario: el 9 de noviembre), Napoleón organizó un golpe de estado y disolvió la Asamblea Legislativa del Consejo de los Quinientos, de la que era su presidente e instauró el Consulado: un gobierno provisional compartido en teoría por tres titulares, aunque en realidad, fue una dictadura personal absoluta, reconocida por la Constitución napoleónica del año 1800.

Napoleón no se contentó con la duración de su mandato establecido en diez años, y  en 1802 lo convirtió en vitalicio.

La fuerte oposición a su gobierno desde los más variados sectores fue desmantelada a raíz de varios fallidos atentados contra su persona, mediante drásticas represiones.  

Con la esperanza de consolidar su puesto, Fouché (entonces a cargo de la Policía) sugirió a Bonaparte que la mejor forma de apaciguar las conspiraciones sería transformar el consulado vitalicio en un imperio hereditario, lo cual, dado que previsiblemente tendría herederos, quitaría toda esperanza de cambiar el régimen, asesinándole.

Finalmente, después de muchas intrigas, el Senado le ofreció, en marzo de1804, la corona imperial. Bonaparte acepta, y en mayo de 1804 se proclama emperador.

 
LA CORONACIÓN DE NAPOLEÓN I Y JOSEFINA SEGÚN DAVID

Para tan señalada efeméride se diseñó una pomposa ceremonia que se celebró en la catedral de Notre Dame de París el 2 de diciembre de 1804.

Esta ceremonia es el motivo de un gigantesco lienzo de 629 x 979 cm que se conserva en el Museo del Louvre, y del que existe una réplica en el Palacio de Versalles: "La coronación de Napoleón y su esposa Josefina", realizado por Jacques Louis David (1748 -1825).

La obra fue encargada por Napoleón a David antes de la Coronación, aunque, lógicamente, lo inicia con posterioridad y lo finaliza en 1807.



El tema central de la escena es la corona que Napoleón está a punto de  colocar sobre la cabeza de Josefina. Hacia ese punto se dirige la mirada de todos los asistentes a la ceremonia y…. de manera automática, la mirada de quien observa el cuadro. 

 
Napoleón aparece ya coronado -por si mismo-, con una corona de laurel a semejanza de los emperadores romanos.
 
El pintor no se limitó a recoger la ceremonia propiamente dicha, sino que incluye en el cuadro más de doscientos retratos individuales de embajadores y representantes de otros países, algunas personalidades de la administración napoleónica y de las principales ciudades, compañeros de armas, familiares, e incluso al papa Pío VII, invitado como simple testigo a la ceremonia, rodeado por numerosos eclesiásticos.

El manto imperial púrpura que se utilizó en la coronación, medía 22 m2 y pesaba 40 kgs., y estaba repujado con abejas de oro y bordado con ramas de olivo, de laurel, y de roble.

Josefina luce diadema y espectaculares joyas de diamantes y lleva un gran manto de terciopelo rojo forrado de armiño y salpicado también de abejas.

ICONOGRAFÍA DE NAPOLEÓN I EMPERADOR



EL ESTILO IMPERIO


Toma su nombre del periodo de gobierno deNapoleón I, conocido como Primer Imperio, en el inicio del siglo XIX, cuando se construyen en París grandiosas obras neoclásicas como el Arco del Triunfo, la Columna Vendôme o la Iglesia de la Madeleine, para emular los famosos edificios de la Roma Imperial.

Igualmente todas las artes, la decoración de interiores, el mobiliario y hasta la moda femenina, se ven influenciados por el espíritu neoclásico. 



   
HERÁLDICA

Durante el Primer Imperio, 29 grandes ciudades francesas, entre las que se encontaban; Amiens, Burdeos, Caen, Clermont-Ferrand, Dijon, Grenoble, La Rochelle, Lille, Marsella, Montpellier, Nancy, Nantes, Niza, Orléans, Paris, Reims, Strasburgo, Toulouse, Tours o Versalles, junto con otras 9 ciudades extranjeras (por ejemplo; Amberes, Bruselas o Liborno) fueron reconocidas como “Bonnes villes”, con el rango de "Duchesses", por haber enviado una representación oficial a la coronación del Emperador.

Ello comportaba el derecho –y la obligación- de incluir en su escudo, un “campo de gules con tres abejas de oro”, para expresar la obediencia que los pueblos deben rendir a su emperador.

                                Amberes           Bruselas           Caen     

                                            
                                Liborno           Marsella              Niza           

 
Curiosamente, en la actualidad, algunas de esas “premiadas” ciudades han sustituido las abejas por la flor de lis de los Borbones.
                                                         Paris         
                           Bourges                                    La Rochelle   



Ya hemos comentado como durante su primer exilio como rey de la isla de Elba, Napoléon instituyó como símbolo de ese territorio, una bandera con una diagonal roja sobre fondo de plata, en la que aparecen tres abejas doradas

 

LA FAMILIA BONAPARTE

Originalmente de apellido Buonaparte, la familia procedía de Córcega.

Napoleón para asegurar el control sin sobresaltos de los países conquistados colocó a sus hermanos en puestos clave como reyes o virreyes: José en España, Jerónimo en Westfalia, Luis en Holanda y Carolina, esposa de Murat en Nápoles.

Pero todos ellos resultaron muy mediocres, obligándole a intervenir con frecuencia para arreglar sus errores y desaguisados.

· José Bonaparte, primero rey deNápoles (1806 - 1808) y después rey de España (1808 - 1813), era el primogénito de la familia.

Cuando vino a España contaba cuarenta años. Su llegada a Madrid ocurrió en plena Guerra de la Independencia, tras la sublevación popular del 2 de mayo de 1808 contra las tropas napoleónicas.

Era uno de los Borbones más inteligentes, con apariencia bondadosa y paternal, pero mujeriego y con ansias de saquear los tesoros españoles. Es sabido que una de las causas de su decisiva derrota en Vitoria, tras su anterior derrota en la Batalla de Arapiles, fue el enorme botín que arrastraba el ejército napoleónico, entre otras cosas, con joyas de la corona española y obras de arte.

Los españoles se mofaban de el, acusándolo –injustamente- de borracho (Pepe Botella) y, –justamente- de mujeriego (“La señora condesa tiene un tintero donde moja la pluma José Primero”. Coplilla popular).

Aunque con poca asiduidad, por ser un atributo personal de su hermano el Emperador, también utilizó el símbolo de la abeja.

 · Napoleón III. Carlos Luis Napoleón Bonaparte (1808 - 1873) fue el primer presidente de la Segunda República Francesa y luego emperador, siendo el último monarca  que reinó en ese país.

Sobrino de Napoleón I, se hace heredero de los derechos sucesorios a la muerte de su hermano mayor y de Napoleón II cuando todavía era un muchacho.

Profundo admirador de su tío, adoptó un escudo practicamente identico al de Napoleón I y una bandera adornada con abejas de oro.

 · Josefina de Beauharnais (Josefina Bonaparte). Nació y vivió durante algún tiempo en la Martinica (Antillas Menores). Su primer matrimonio fue con Alexandre de Beauharnais que murió guillotinado. Gracias a sus conexiones sociales conoció a Napoleón con quien estuvo casada durante trece años. Al no poder darle un hijo heredero, aceptó divorciarse para que el emperador pudiera volver a casarse y tener el heredero que tanto ansiaba.

Poco interesada en los asuntos de estado, se hizo famosa, aparte de por su matrimonio con Napoleón, por ser una mujer amante de un lujo que recordaba a las antiguas reinas de Francia, y aficionada a las fiestas, al teatro y a las reuniones públicas. Tuvo –al igual que Napoleón- varios amantes.

Se conservan algunos cuadros en los que aparece luciendo el manto de la coronación adornado de abejas.

 
Y PARA FINALIZAR, …. UNA NOTA ROSA

Eugenia de Montijo (1826 - 1920), nacida en Granada, fue emperatriz consorte de Napoleón III.

Era hija de un oficial español, Cipriano Guzmán Palafox y Portocarrero conde de Teba, afrancesado e incondicional de José I a quien se negó a abandonar a su salida de España, por lo que tuvo que exilarse en Francia con toda su familia.

Amiga de los duques de Alba, se alojó en varias ocasiones en el Palacio de Liria de Madrid (donde murió), y en el Palacio de las Dueñas de Sevilla.

Mujer educada e inteligente, gracias a su belleza y elegancia, contribuyó de forma destacada a la aceptación del Segundo lmperio. Su forma de vestir era alabada e imitada en toda Europa.

En aquella época era habitual que las damas de la alta sociedad, usaran perfumes personalizados y exclusivos.


Pierre-François Pascal Guerlain, fundador de la firma Guerlain, creó para la Emperatriz el “Eau de Cologne Impériale” , convirtiéndose así en el perfumista de su Majestad y proveedor oficial de la corte imperial.

Guerlain
diseñó un frasco de cristal decorado con abejas 
en relieve y pidió autorización a la Emperatriz para comercializar el perfume, a lo que ella accedió.

Esa gran idea supuso el lanzamiento y la fama internacional para la firma Guerlain.





Para rememorar aquel acontecimiento, Guerlain ha diseñado un espectacular frasco-joya al que ha denominado “El secreto de la reina”.


Realizado en diamantes con un peso total de más de 14 quilates montados sobre platino y cristal de roca de Bacarrat, puede utilizarse como broche o como colgante.

Está dotado de un mecanismo interior que al accionarlo, presionando el diamante en forma de pera colocado en el extremo superior de las alas…. ¡estas se abren! desprendiendo el perfume que hay en el interior del frasco.

Lleva grabado el mensaje: “Amar para vivir, vivir para amar”.

Contiene un volumen de perfume de 245 ml y… tiene un precio de ¡30.000 €! lo que lo convierte en el perfume más caro del mundo. El aroma lo elige el cliente, si bien, el básico es el que recrea los olores de los campos de flores en los que liban las abejas.

 
FIN


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