¿Estas interesado en conocer las representaciones que, a lo largo de la historia, se han hecho de los insectos en las diferentes formas de arte: pintura, escultura, arquitectura, cine, publicidad, etc?. Aquí podrás ir viendo algunos ejemplos.

El Autor: Juan de Benito Dorrego

juandebenito@telefonica.net


jueves, 14 de noviembre de 2013

EL MITO DE EROS Y PSIQUE EN EL ARTE. “Psique el alma mariposa”

 

 

 


INTRODUCCIÓN
Los personajes de la mitología greco-romana, sus hazañas, aventuras, venturas y desventuras, o sus pasiones y debilidades, han sido motivo de una ingente cantidad de obras de arte a lo largo de la historia.
Entre ellos, Eros y sobre todo, Psique, han servido de inspiración a pintores y escultores de todas las épocas que han plasmado sus avatares en verdaderas obras maestras.
El mito procede de un extenso relato, que en siglo II d. C., Lucio Apuleyo incluye en su obra Metamorfosis (también conocida como “El asno de oro”), si bien parece que puede tratarse de una adaptación de anteriores narraciones griegas, pues ya se encuentran representaciones de parejas “aladas” en el arte griego. 

 
EL MITO

Apuleyo nos cuenta como Psique, la menor de las tres hijas de un rey, era de una extraordinaria belleza que la hizo famosa entre los hombres, quienes precisamente por ello no se atrevían a solicitar sus favores, y que despertó la envidia –y hasta el odio- de Venus quien envió a su hijo Eros (Cupido) para que mediante sus flechas, la hiciera enamorarse de un hombre “sin dignidad, ni patrimonio, ni salud”.

Sin embargo Eros se enamoró de Psique, y adormecida se la llevó a su palacio donde aparecía cada noche y se amaban, a oscuras para no ser reconocido, prohibiendo a Psique “buscar ni saber el gesto y figura de su marido”.

Como quiera que Psique se sintiera en cierto modo prisionera y echara de menos a sus hermanas, se entrevistó con ellas, no pudiendo darles detalles ciertos sobre la identidad de su marido. Ellas le sugirieron que una noche encendiera una lámpara para así conocer los detalles de su compañero.

Así lo hizo, con tan mala fortuna que al acercarse para observarlo, una gota de aceite hirviendo cayó sobre el cuerpo de Eros, quien herido, increpa a Psique y la abandona.

Psique, desesperada, intenta localizarlo sin éxito, por lo que se decide a solicitar el perdón de Venus rogándole le permita volver con Eros.

Venus le impone cuatro pruebas con la seguridad de que no podría superarlas. Sin embargo Psique encuentra la ayuda de diferentes seres y consigue superar las tres primeras.

El cuarto trabajo consistía en pedir a Proserpina, en los infiernos, “un poco de hermosura” que había de llevarle en una caja que “en ninguna manera cures de abrir”
Sin embargo, presa de curiosidad y de deseo por ser todavía más bella a los ojos de Eros, abre la caja lo que le provoca caer en un sueño eterno.

Recuperado Eros de sus heridas y habiendo perdonado a Psique, corre en su ayuda, la toca con una de sus flechas que la despierta y ruega a su padre Júpiter y a su madre Venus, el perdón para Psique. Conseguido este, Júpiter ordena el matrimonio de la pareja y convierte a Psique en inmortal.


PSIQUE: EL ALMA MARIPOSA

En griego, la palabra ψυχή (psyché) tenía una doble acepción: por una parte significaba soplo, aliento, fuerza, alma, y por otro lado significaba mariposa.

Los seres vivos tienen cuerpo (soma) y psyché, pero cuando mueren, la psyché salía del cuerpo “en forma de mariposa”.

La mariposa es bella, pero frágil y perecedera, y es fácilmente atraída por engañosos reclamos: flores, luz, etc.

De ahí que el propio nombre de nuestra protagonista y su habitual representación iconográfica con alas de mariposa sea una fiel imagen de la “personalidad” de Psique.

 
 PUESTA EN ESCENA SIGUIENDO EL TEXTO DE APULEYO

“Y luego Venus llamó a Cupido, aquel su hijo con alas, que es asaz temerario y osado; el cual, con sus malas costumbres, menospreciada la autoridad pública, armado con saetas y llamas de amor, discurriendo de noche por las casas ajenas, corrompe los casamientos de todos y sin pena ninguna comete tantas maldades que cosa buena no hace. A éste, como quiera que de su propia natura él sea desvergonzado, pedigüeño y destruidor, pero de más de esto ella le encendió más con sus palabras y llevolo a aquella ciudad donde estaba esta doncella, que se llamaba Psique, y mostrósela, diciéndole con mucho enojo, gimiendo y casi llorando, toda aquella historia de la semejanza envidiosa de su hermosura, diciéndole en esta manera:

«¡Oh hijo!, yo te ruego por el amor que tienes a tu madre, y por las dulces llagas de tus saetas, y por los sabrosos juegos de tus amores, que tú des cumplida venganza a tu madre: véngala contra la hermosura rebelde y contumaz de esta mujer, y sobre todas las otras cosas has de hacer una, la cual es que esta doncella sea enamorada, de muy ardiente amor, de hombre de poco y bajo estado, al cual la Fortuna no dio dignidad de estado, ni patrimonio, ni salud. Y sea tan bajo que en todo el mundo no halle otro semejante a su miseria.»

………..



El mezquino padre de esta Psique su desventurada hija, sospechando que alguna ira y odio de los dioses celestiales hubiese contra ella, acordó de consultar el oráculo antiguo del dios Apolo, que estaba en la ciudad de Milesia, y con sus sacrificios y ofrendas, suplicó a aquel dios que diese casa y marido a la triste de su hija y respondió: «Pondrás esta moza adornada de todo aparato de llanto y luto, como para enterrarla, en una piedra de una alta montaña y déjala allí. No esperes yerno que sea nacido de linaje mortal; mas espéralo fiero y cruel, y venenoso como serpiente: el cual, volando con sus alas, fatiga todas las cosas sobre los cielos, y con sus saetas y llamas doma y enflaquece todas las cosas; al cual, el mismo dios Júpiter teme, y todos los otros dioses se espantan, los ríos y lagos del infierno le temen.»





Metamorfosis. Libro IV, Capítulo V. Lucio Apuleyo




 


“Estando Psique muy temerosa, llorando encima de aquella peña, vino un manso viento de cierzo, y, como quien extiende las faldas, la tomó en su regazo; así, poco a poco, muy mansamente la llevó por aquel valle abajo y la puso en un prado muy verde y hermoso de flores y hierbas, donde la dejó que parecía que no la había tocado.”


Libro IV, Capítulo V.

 


“Psique, convidada con la hermosura de tal lugar, llegose cerca y con una poca de más osadía entró por el umbral de casa, y como le agradaba la hermosura de aquel edificio, entró más adelante, maravillándose de lo que veía. Y dentro en la casa vio muchos palacios y salas perfectamente labrados, llenos de grandes riquezas, que ninguna cosa había en el mundo que allí no estuviera. Pero sobre todo, lo que más se podría hombre allí maravillar, demás de las riquezas que había, era la principal y maravillosa que ninguna cerradura ni guarda había allí, donde estaba el tesoro de todo el mundo.”

Libro V, Capitulo I


 

DE LOS AMORES QUE CON PSIQUE TUVO EL DIOS CUPIDO
“... Ya que era noche, Psique se fue a dormir, y después de haber pasado un rato de la noche comenzó a dormir; y luego despertó con gran miedo y espanto, temiendo en tanta soledad no le aconteciese ningún daño a su virginidad, de lo cual ella tanto mayor mal temía, cuanto más estaba ignorante de lo que allí había, sin ver ni conocer a nadie. Estando en este miedo vino el marido no conocido, y subiendo en la cama hizo su mujer a Psique, y antes que fuese el día partiose de allí y luego aquellas voces vinieron a la cámara y comenzaron a curar de la novia, que ya era dueña.

De esta manera pasó algún tiempo sin ver a su marido ni haber otro conocimiento. Y, como es cosa natural, la novedad y extrañeza que antes tenía por la mucha continuación, ya se había tornado en placer, y el sonido de la voz incierta ya le era solaz y deleite”

Libro V, Capítulo I.









PERO PSIQUE NO ATIENDE LOS CONSEJOS DE CUPIDO…

“Muchas veces le amonestó y espantó que no consienta ni cure de buscar ni saber el gesto y figura de su marido, porque, con esta sacrílega curiosidad, no caiga de tanta riqueza y bienaventuranza como tiene: que, haciéndolo de otra manera, jamás le vería ni tocaría.”

“Cuando ya fue tarde que la noche se venía, vino el marido a la cama, el cual, de que hubo burlado con ella, comenzó a dormir con gran sueño. Entonces, Psique, sacando el candil debajo de donde estaba, lo tomó en la mano. Como ella alumbrase con el candil y pareciese todo el secreto de la cama, vido que era aquel hermoso dios del amor que se llama Cupido, el cual estaba acostado muy hermosamente; y con su vista alegrándose, la lumbre de la candela creció, y la sacrílega y aguda llama resplandeció.”


Libro V, Capítulo IV.



 



“Estaba ante los pies de la cama el arco y las saetas, que son armas del dios del amor; lo cual todo estando mirando Psique no se hartaba de mirarlo, maravillándose de las armas de su marido, sacó del carcaj una saeta, y estándola tentando con el dedo a ver si era aguda como decían, hincósele un poco de la saeta, de manera que le comenzaron a salir unas gotas de sangre de color de rosas, y de esta manera, Psique, no sabiendo, cayó y fue presa de amor del dios de amor: entonces, con mucho mayor ardor de amor, se abajó sobre él y le comenzó a besar con tan gran placer, que temía no despertase tan presto.

Estando ella en este placer herida del amor, el candil que tenía en la mano, o por no ser fiel, o de envidia mortal, o que por ventura él también quiso tocar el cuerpo de Cupido, o quizá besarlo, lanzó de sí una gota de aceite hirviendo, y cayó sobre el hombro derecho de Cupido.”

Libro V, Capítulo IV.  



“¡Oh Psique: yo, no recordando los mandamientos de mi madre Venus, la cual me había mandado que te hiciese enamorada de un hombre muy miserable de bajo linaje, te quise bien y fui tu enamorado; pero esto que hice bien sé que fue hecho livianamente! Y yo mismo, que soy ballestero para los otros, me herí con mis saetas y te tomé por mujer.”

De esta manera el dios Cupido, quemado, saltó de la cama, y conociendo que su secreto era descubierto, callando desapareció y huyó de los ojos de la desdichada de su mujer….
 

Libro V, Capítulo IV.

 
“Psique arrebató con ambas manos la pierna derecha de Cupido, que se levantaba, y así fue colgando de sus pies por las nubes del cielo hasta tanto que cayó en el suelo. Pero el dios del amor no la quiso desamparar caída en tierra, y vino volando a sentarse en un ciprés que allí estaba cerca,”
 

Libro V, Capítulo IV.



... Y PSIQUE ES ABANDONADA

Entre tanto, Psique, andando muy congojosa en busca de su marido Cupido, cercaba todos los pueblos y ciudades; pero él, herido de la llaga que le hizo la gota de aceite del candil, estaba echado enfermo y gimiendo en la cama de su madre.

“Acaso el dios Pan, que es dios de las montañas, estaba asentado en un altozano cerca del río: el cual estaba tañendo con una flauta


Cuando el dios peloso vio a Psique tan desmayada y así herida de dolor, que ya él bien sabía su desdicha y pena, llamola y comenzó a halagarla y consolar con blandas palabras, diciendo de esta manera:
«Doncella sabida y hermosa: como quiera que soy pastor y rústico, pero por ser viejo soy instruido de muchos experimentos; de manera que, si bien conjeturo aquello que los prudentes varones llaman adivinanza, yo conozco de este tu andar titubeando con los pies, y de la color amarilla de tu cara, y de tus grandes suspiros y lágrimas de los ojos, bien creo cierto que tú andas fatigada y muerta de gran dolor; pues que así es, tú escúchame y no tornes a lanzarte dentro en el río ni te mates con ningún otro género de muerte; quita de ti el luto y deja de llorar. Antes procura aplacar con plegarias al dios Cupido, que es mayor de los dioses, y trabaja por merecer su amor con servicios y halagos, porque es mancebo delicado y muy regalado.»”

Libro V, Capítulo IV.

 
“ Entre tanto, Psique discurría y andaba por diversas partes y caminos, buscando de día y de noche, con mucha ansia y trabajo, si podría hallar rastro de su marido; y tanto más le crecía el deseo de hallarlo, cuanto era la pena que traía en buscarlo, y deliberaba entre sí que si no lo pudiese con sus halagos, como su mujer amansar, que al menos como sierva, con sus ruegos y oraciones lo aplacaría”.

Libro VI, Capítulo I

 


“Entre tanto, Cupido estaba solo y encerrado en una cámara de las que estaban más adentro de casa: el cual estaba allí encerrado así por que la herida no se dañase, si algún mal deseo le viniese, como por que no hablase con su amada Psique.”

“…Pero Cupido, ya que convalecía de su llaga, no pudiendo tolerar ni sufrir la luenga ausencia de su amiga…”

Libro VI, Capítulos II y III



PSIQUE VUELVE A DESOBEDECER … ESTA VEZ A VENUS

“Yo quiero ahora experimentar tu diligencia. Toma esta bujeta, la cual le dio Venus, y vete a los palacios del infierno, y darás esta bujeta a Proserpina, diciéndole: Venus te ruega que le des aquí una poca de tu hermosura, que baste siquiera para un día, porque todo lo hermoso que ella tenía lo ha perdido y consumido curando a su hijo Cupido, que está muy mal, y torna presto con ella.

Pero sobre todas las cosas te apercibo que guardes una: que en ninguna manera cures de abrir ni mirar lo que traes en la bujeta, ni procures de ver el tesoro escondido de la divina hermosura.”

“«Bien soy yo necia trayendo conmigo la divina hermosura que no tome de ella siquiera un poquito para mí, para que pueda placer a aquel mi hermoso enamorado.»


Y como esto dijo, abrió la bujeta, dentro de la cual ninguna cosa había, ni hermosura alguna, salvo un sueño infernal y profundo, el cual, como fue destapado, cubrió a Psique de una niebla de sueño grueso, que todos sus miembros le tomó y poseyó, y en el mismo camino por donde venía cayó durmiendo como una cosa muerta.”

Libro VI, Capítulo III.

 

FINALMENTE EROS, JUPITER … Y VENUS, PERDONAN A PSIQUE

“Cupido, voló al cielo y suplicó al gran Júpiter que le ayudase, y recontole toda su causa. Entonces Júpiter tomole la barba, y trayéndole la mano por la cara lo comenzó a besar, diciendo: «Como quiera que tú, señor hijo, nunca me guardaste la honra que se debe a los padres por mandamiento de los dioses; pero aun este mismo pecho, en el cual se encierran y disponen todas las leyes de los elementos, y a las veces de las estrellas, muchas veces lo llagaste con continuos golpes del amor, y lo ensuciaste con muchos lazos de terrenal lujuria, y lisiaste mi honra y fama con adulterios torpes y sucios contra las leyes. Pero, con todo esto, recordándome de mi mansedumbre y de que tú creciste entre estas mis manos, yo haré todo lo que tú quisieres, y tú sépaste guardar de otros que desean lo que tú deseas.

Después que esto hubo hablado, mandó a Mercurio que llamase a todos los dioses a consejo”

“…Fue presto a socorrer a su mujer Psique, y apartando de ella el sueño, y lanzado otra vez dentro en la bujeta, tocó livianamente a Psique con una de sus saetas y despertola diciéndole:

«¿Aun tú, mezquina de ti, no escarmientas, que poco menos fueras muerta por semejante curiosidad que la que hiciste conmigo?...”

Libro VI, Capítulo III
 
“«Tú, hija, no te entristezcas por esto; no temas a tu linaje ni al estado del matrimonio mortal, porque yo haré que estas bodas no sean desiguales, mas legítimas o bien ordenadas como el derecho lo manda.»
 
«¡Oh dioses,! Vosotros todos sabéis cómo a este mancebo (Eros) que yo (Júpiter) crié en mis manos procuré de refrenar los ímpetus y movimientos ardientes de su primera juventud. Pero harto basta que él es infamado entre todos de adulterios y de otras corruptelas, por lo cual es bien que se quite toda ocasión, y para esto me parece que su licencia de juventud se debe de atar con lazo de matrimonio. Él ha escogido una doncella, la cual privó de su virginidad: téngala y poséala y siempre use de sus amores. »”

 
Dicho esto, no tardó mucho cuando vino la cena muy abundante, como a tales bodas convenía. Estaba sentado a la mesa Cupido en el primer lugar y Psique en su regazo. De la otra parte estaba Júpiter con Juno, su mujer, y después, por orden, todos los otros dioses.”

Libro VI, Capítulo III

“No temas a tu linaje ni al estado del matrimonio mortal, porque yo haré que estas bodas no sean desiguales.

Y luego mandó a Mercurio que tomase a Psique y la subiese al cielo”

Libro VI, Capítulo III




“Júpiter dio a beber a Psique del vino de los dioses, diciéndole:«Toma, Psique, bebe esto y serás inmortal; Cupido nunca se apartará de ti; estas bodas vuestras durarán para siempre.»

De esta manera vino Psique en manos del dios Cupido. Y estando ya Psique en tiempo del parir, nacioles una hija, a la cual llamamos Placer.”

Libro VI, Capítulo III


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